¡Estoy en Villagallina de la Bolsona!
Sul Sul… Se dice así, ¿no? Es igual. Hola, soy yo, Harold la llama, y antes de que me preguntéis cómo una llama como yo ha conseguido preparar una entrada de blog, que sepáis que llevo las pezuñas perfectamente limadas para desplegar mi dominio del teclado. ¡Pero no he venido a hablar de mis habilidades motoras! Quiero más bien contaros cómo es mi pintoresco hogar de Villagallina de la Bolsona.
Las leyendas Sims de tiempos inmemoriales cuentan que Villagallina de la Bolsona nació de la perfecta simbiosis entre tierra y agua…, ¡pero yo estoy convencido de que la cosa fue simplemente que a unos cuantos Sims les encandilaron las cataratas Cordelia y el río Bolsona que atraviesa la zona en todo su esplendor! Mmm, un espectáculo majestuoso.
En todo caso, para conocer más sobre este encantador pueblo, vamos a visitar todos sus barrios. Nuestra primera parada es Finchwick, ¡el epicentro de la acción! Más o menos… Es una forma de hablar. Finchwick está orgullosa de ser históricamente una comunidad muy unida y un auténtico hervidero de actividades.
Es el hogar de la feria semanal (sí, sí, ¡se celebra todas las semanas!) en la que los locales ponen a prueba su destreza con sus creaciones más sofisticadas y deliciosas, como tartas. También muestran sus animales más preciados cof, cof, como yo, cof, cof y sus cultivos de productos gigantes (¡cuantos más grandes, mejor!) para someterlos a la valoración de un jurado que, siguiendo la tradición, es el propio alcalde, nada menos. Ganar, e incluso participar, tienen su recompensa, pero, para ser sinceros, lo importante aquí es poder presumir ante el resto de habitantes, ¿no os parece?
Este barrio puede presumir de una histórica plaza, que también acoge el ajetreado mercado, perfecto si os gusta ir de tiendas, así como la taberna del pueblo, “El Abrazo del Gnomo”. En el mercado encontraréis la tienda de comestibles de Goldbloom, con las mejores frutas y verduras a la venta, Pero no hace falta que me creáis; ¡probad vosotros mismos! Os recomiendo las berenjenas. Ya sabéis, esa verdura morada.
Otro lugar emblemático es la tienda de horticultura, propiedad de Agatha Culoprieto ¡y regentada por ella mismita! Esta tienda tiene todo lo que podáis necesitar para jardinería y alguna que otra cosilla más… no precisamente de jardinería, pero sí la mar de disfrutable, como conservas y mermeladas. ¡Mmmm! Ahora me apetecen unos bollos con mermelada, la alternativa prémium a los bollos con mantequilla. Ojo, a lo mejor tenéis que disputárselos a vuestras gallinas. Debería pedirle a mi cuidador que me prepare unos pocos…, pero ¿a quién quiero engañar? Las llamas comemos forraje y algún bocado como premio de vez en cuando suspiro. Bueno, soñar es gratis. De todos modos, si preparáis bollos, mejor que no se entere Agatha o mandará a sus gnomos a llevárselos todos, porque la verdad es que le pirran.
Bueno, ¡volvamos a la taberna! Si sentís curiosidad o necesitáis un poco de drama estilo llama en vuestras vidas, podéis pasaros por El Abrazo del Gnomo para intentar enteraros de los cotilleos del pueblo, su historia y todo lo que esté pasando. Esta taberna, propiedad de los Scott, Simon y Sara, ha sido un sueño hecho realidad, a pesar de que a Simon le parece que no hace más que toparse con gallinas (o llamas como yo) todo el rato. Aquí es donde todo el mundo lo sabe todo sobre todos, ¡así que poned bien la antena si entráis al local! Sirven una comida riquísima; tenéis que probar sí o sí las salchichas con puré o su solomillo Wellington; me han dicho que hay un antes y un después. Disfrutad del ambiente de cordialidad teniendo una conversación sin tapujos con Sara u ofreciéndole un obsequio. La encontraréis rondando por la taberna, supervisando todo. Sara os puede aconsejar, si es eso lo que buscáis, o a lo mejor compartir con vosotros historias de fantasmas, si os interesan.
¡Si os apetece, también podéis echar un cable a los Sims con recados por el pueblo y aprender más sobre sus orígenes, sus intereses y lo que hacen por la ciudad! O simplemente a cambio de la debida recompensa, si eso es lo que os motiva.
Trotando, trotando, llegamos a Nueva Villagallina la Vieja. Una curiosidad: originalmente se llamaba Pequeña Villagallina. Sin embargo, tras darle muchas vueltas, decidieron que Nueva Villagallina quedaba mejor. Más chic y todo eso. La cosa es que, por desgracia, nadie avisó a los cartógrafos nacionales y el pueblo dejó de existir durante dos semanas seguidas. ¡Ja! ¿Os imagináis? Bueno, después de eso, hizo falta escoger de nuevo otro nombre y ahí es cuando se eligió Nueva Villagallina la Vieja, y así es actualmente.
Esta parte del pueblo es conocida por sus exuberantes fincas, sus suaves colinas y su pequeño (¡pero precioso!) jardín comunitario. Este barrio antes era una propiedad gigantesca propiedad de la familia Watson, que se dedicó a vender parcelas de la misma a lo largo de los años. Aún tienen una buena finca en lo alto de la Colina del Viejo Molino. ¡Si os pasáis por allí, la veis seguro!
Veréis que esta zona del pueblo es perfecta para tener un solar con jardín y espacio para ganado y cultivos de productos gigantes. Siempre podéis tomar notas mientras paseáis por la zona viendo cómo tienen los habitantes del lugar sus jardines y terrenos.
Nueva Villagallina la Vieja es el lugar perfecto para los amantes de los animales como el menda. En este barrio encontraréis conejitos brincando, pájaros salvajes con mucha ganas de trinar y pequeños zorros la mar de pillos con los que podéis trabar amistad; ¡pero ojo, que pueden ser traicioneros! Querrán pillaros por sorpresa y *murmullo* más vale que contéis bien todas vuestras gallinas *murmullo*. Esta parte del pueblo también es lo mejor para los aficionados a la pesca. Quién sabe, a lo mejor conseguís pescar esa anguila lobo de la que tanto oigo hablar.
Hasta podría decirse que es un lugar idílico para comenzar una nueva vida. Si no me creéis, preguntadle a Cecilia, una de nuestras más recientes habitantes, que se trasladó aquí hace poco para comenzar de cero tras un desengaño amoroso. Ahora comparte su vida con nosotros viviendo en un fabuloso granero totalmente reacondicionado. ¡Le encanta cuidar de su jardín y sus gallinas! Es una vecina encantadora. Espero que algún día encuentre el amor verdadero. Por desgracia para Michael Bell, el cuidador de animales local, él no es el elegido, pero al menos Cecilia mantiene una relación estable con todos los animalillos que la visitan, por ahora.
Al igual que Cecilia, si recibís con los brazos abiertos las visitas de animales salvajes, algunos de ellos pueden acabar siendo vuestros amigos de por vida y hasta llevaros regalos.
Desde las colinas de Nueva Villagallina la Vieja llegamos a Bosquezarza.
Bosquezarza encarna la belleza natural de Villagallina de la Bolsona. Este bosque cuanta con un aura de cuento que hace las delicias de todo aquel que lo visita. Ha sido desde siempre un lugar pintoresco al que llaman hogar multitud de pájaros, conejos y zorros salvajes, así que puede que os sintáis entre buenos amigos, entre ellos Michael, nuestro cuidador de criaturas, que anda casi siempre recorriendo el bosque y velando por los animales y las plantas.
Es un lugar realmente maravilloso, donde podéis recoger chocobayas y setas, incluidas las nocturnas, que al parecer solo se pueden encontrar de noche, ¡así que tienen un nombre de lo más apropiado! Bosquezarza puede estar lleno de sorpresas, especialmente si dais con la isla de Volpe, bautizada así por Lord Volpe, fundador de Finchwick. La isla de Volpe es uno de los enclaves más emblemáticos de Villagallina de la Bolsona, no solo por la historia que reflejan sus ruinas, sino también por ser el lugar más romántico de la ciudad. Generaciones de Sims recuerdan darse su primer beso en la isla de Volpe suspiro de amor, así que si venís con vuestro amorcito, deberíais pasaros por allí a disfrutar de su esplendor. Pero mucho ojo con perturbar la tranquilidad del hogar del cuidador de criaturas. Es un Sim amable, pero muy celoso de su privacidad.
Aunque si el romance no es lo que más os motiva, podéis lanzaros a la aventura y visitar el parque de la isla de Volpe. Recorred el sendero que conduce a Carlos el caracol, que siempre está dispuesto a hacerse una foto. Si lo que queréis es calma y serenidad, no dejéis pasar una visita a las cataratas de Cordelia. Al final, independientemente del modo en que decidáis pasar tiempo en esta parte de la ciudad, se dice que Bosquezarza puede cambiarte la vida para siempre, y hasta la fecha ha demostrado ser así.
Como veis, camaradas, ya decidáis venir de visita o mudaros directamente a este humilde pueblecito campestre, siempre hay acontecimientos, cosas que hacer, sueños por cumplir…, ¡pero lo más importante de todo es que aquí siempre seréis recibidos con los brazos abiertos! O bueno, con las patas, en mi caso.
¡Esperamos veros pronto!
¡Salud!
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